En el colchón respiro con calma, más aún cuando abordo algún sueño que atormenta el extraño ambiente de la noche, despierta con la desnudez de mis sentidos la necesidad seca de hundirme y hundirle; lástima y fortuna que sea ilegal matarse en pensamiento, hasta aburrido sería; he comido con desgano, pero ningún hueso roe mi garganta, sólo son pesares y pensares sin relevancia.
En el colchón te dibujo con trazos tristes, sin ánimo de recordar nuestras historias inhóspitas que abrumadas recogen las cortinas en pedazos; no apruebo tu ausente aliento sobre mis dientes, susurrándome que no busque en mi mente tu tacto venenoso, más no hago más que extrañarte, y te extraño sin un nombre, ya que en ese patético desvelo desespero al encontrarte como un espectro.
En el colchón escucho tus palabras mudas, gritándome...Pero yo tampoco existo y entre lágrimas está mi sonrisa arqueada, casi inadvertida, mirándote otra vez; es fría la madrugada, tiene rastros de una y otra ocasión que pasaste por aquí, con tus rodillas limpias, dejando sólo el deseo de no perder, pero en el colchón yo no te pierdo, te alucino exquisito para evitar el desengaño; árboles púrpura suavemente sucumben sin pretexto, resignados a la muerte y en un cadáver los hombros se confunden con tus pieles intactas.
En el colchón me callo con dedos que tiemblan, atravesada por sábanas sueltas y el techo hecho desierto; repite una vez más que el mañana no te importa y devuélvele al ayer las imágenes que le hurtaste, ya que poco me dejas entre estas paredes y mi silueta se deshace, como el canto de un arrullo; me presento ante esta niebla con los ojos encendidos, y es que cuando terminaste desempolvé mi cuerpo, porque me desperté queriéndote, pero yo no existo.
me gusto mucho, creo que nunca habia leido mejor descripcion de algo que todos deveriamos sentir por lo menos una vez en nuestra vida. estar con alguien que queremeos es un evento tan increible que parece incluso, cuando lo recordamos, que no existio.
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