Tomé diez pastillas hoy, siete para el dolor que me genera el no tenerla, una para el rencor por quien se la llevó y dos más para que las otras ocho no me produzcan malestar estomacal.Me tildaron de loco y yo lo acepté, lo cual quiere decir que aun tengo lucidez,lo último que soñé fue que la apuñale con tanta dulzura, que cada incrustada debió acariciarle las costillas de manera casi placentera...Pero esto no se trata de su muerte, se trata de mi vida, pues soy yo quién aún se aloja en este calabozo blanco y rígido, sin poder musitar palabra coherente ante los oídos de las enfermeras que pasan con sus trajecitos ajustados.
Una hora ha transcurrido desde que la última me trajo una bandeja de lata con comida, la escupí a sus pies para luego lamerlos, pero era un acto grotesco para una dama de medicinas, por lo cual me intentaron sedar un poco más. ! INYECTAME ! No sabes como me gusta.
Adoraba verla en su traje púrpura y sin sostén, fumaba un poco y se enloquecía al ritmo del licor... ERA ADICTO A VERLA ENVENENAR SU ORGANISMO, también a sus huesos pequeños y frágiles.
Entregados y decididos a acabar el uno con el otro, aparecío !EL!... Dejo un agujero negro, donde ella había posado su confianza, así que no encontré una opción más correcta que alejarlo de ella, una cuerda y un árbol bastaron, cuando todos llegaron, yo estaba en pelotas y corriendo por el prado gritando que por fin lo había logrado. ¿Cual era mi hazaña? Ella me recordaría al igual que yo por siempre, de noche, de día.
En la celda de al lado ella posa sus mejillas, llorando y gritando. Tan lejana a unos cuantos pasos, no me escucha, tampoco me ve...CON SUS OJOS TAMBIÉN ME QUEDE.
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