Ya me senté, ya déjeme aquí. No soy la protagonista de absolutamente nada, con solo decir que logro pasar desapercibida en la mayoría de historias que intenté actuar y no como más de tres dulces por día, además solo cepillo mis dientes cuando los siento mugrosos, no soporto pasar mi lengua por ellos estando así.
Existen héroes vendidos que se jactan de triunfos robados, el otro día había un anciano amarrando un limón cerca al poste de luz, me acerqué y sus ojos eran claros, sonreí y me percaté de que era ciego, así que le pregunté: ¡Señor! ¿Para qué hace eso?, acto seguido dio la vuelta y se fue. Me acerqué a observar de cerca y descubrí que había solo medio limón.
Para otros, solo significaba la mitad de un fruto ácido, pero no podía admitir que ese fuese el único significado, ¿Curioso, no? Tal vez se había comido el otro pedazo, aunque el limón duele al saborearse a la ligera, tal vez le tomó días completos terminarlo, lo chupó y mordió, aunque la sensibilidad en sus encías pasadas en años debieron molestarle, así que tal vez, tal vez y solo tal vez tardó más de un mes y el limón se puso azul incomestible y lo botó en alguna bolsa callejera mientras olía la calle buscando la explicación del color ausente tanto en el zumo como en su cabeza, o simplemente se le dio la gana de hacer eso, yo no se que piensa aquel hombre.
No me presento, la mayoría de personas acceden a realizar una especie de ritual egocentrista, mucho gusto, como está, yo muy bien, gustaría decirme algo lindo, cómo me veo el día de hoy, soy bastante bueno en eso, en aquello y en todo lo que su maldita vocecita incómoda pronuncie para parecer interesante. A diferencia de ellos prefiero que usted me descubra, le deseo suerte, ni yo me he encontrado. ¿Le gusta que le mientan? Lo sospeché, a todos les gusta.
Se supone que en esta especie de relatos, debería hacer algo interesante, como buscar un tesoro o arrancarle los pelos a una mujer que tiene mejor cuerpo que el mío. Pero véame aquí sentada con los pies mojados, por eso no me gustan los zapatos de tela. No sirvo para quitar cuero cabelludo, cuando niña me comía los folículos y dejé de hacerlo cuando casi se me estalla el colón, tampoco busco tesoros, el mío lo perdí y no suelo recuperar nada de lo que se guarda en un rincón empolvado. ¿Con que relacionó el polvo, que ríe ahogadamente? Ya veo. Solía preguntarme si ustedes los hombres solo pensaban en sexo, hasta el momento mi repuesta es la misma carcajada asmática con la que usted me responde siempre. Pero seré clara y si no le gusta existe otra esquina donde no estoy yo sentada, también me disperso entre imaginativos de fluidos y placer, a eso de las tres de la mañana, la una de la tarde y cuando me encuentro con un rostro que me incita a hacerlo. No me quita el sueño, me lo aviva. ¿Y a usted?
Odio que se me quede mirando con carita de no entiendo, claro que me entiende, también odio que se pare junto a mi cuando estoy sentada, búsquese un espacio para fumar su cigarro, que ya mis pulmones bastante mierda tienen como para que me los atrofie más. Le pido que si se queda no enrede mi cabello en sus dedos, me pone nerviosa, como cuando se me cae algo en el bus, como cuando un extraño me guiña el ojo, como cuando alguien nota que tengo sueño, como cuando mi cara desmaquillada saluda al panadero y como cuando los óleos se burlan de mi por no saberlos usar.
¿Estudias o trabajas? JA JA JA Si, no se me ocurre que más preguntar. Esta bien, buscaré otra. ¿Le gusta la fotografía?
A mi si, tomo fotos de todo, una bota, un pez verde, los calzones de mi hermanita, la barba del Licenciado Ramirez, el trasero de Marcelita, mis dientes limpios, el televisor transmitiendo una caricatura, a Robert Smith en un video musical, el lunar de mi pecho izquierdo los sábados, la nariz de Queso mi tortuga, mis ojos recién encendidos por la marihuana y su pelo cuando no está de mal humor conmigo.
¿Quiere que le diga que lo siento? Mejor vallase a ese lado del poste, ese del limón. ¿Que ve?
Si, es cierto, se pudrió, se pudrió como todo lo que queda incompleto.
Se pudrió porque el otro pedacito se fue a la boca de otro y resultó azul, ¿Me quiere ver azul?
Yo no se, siéntese aquí entonces.
No soy la protagonista de absolutamente nada, ríase si quiere, pero no me interesa ser protagonista si soy una mitad, me estoy poniendo azul desde hace como un mes y usted solo esta ahí de pie, esperando a que la bolsa de basura me encuentre.
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