•Calle Pendeja con 23. 8 am.
Estación de bicicletas.
Todos tienen prisa. Corren como
diminutas hormigas que se queman las patas con arena caliente, el semáforo
danza con la lucecita amarilla, provocando ardor en las rodillas de los
ejecutivos y otros tipos de disfraz de paño.
Una anciana que vende dulces se
ve obligada a tomar con los dientes las monedas en el piso que una tal Luz le
lanzó mientras cruzaba la calle con su caja de chicles sabor a canela roja
artificial, para ocultar el hedor de sus papilas debido a su falta de crema
dental.
Flip que está a mi lado me mira y
dice: Hoy tus moscas tienen sed.
Yo sonrío.
• 8.30 am. Instituto de
optometría para el tratamiento de moscas. Recepción
-Nombre.
-Atea Púrpura.
-Documento de desigualdad.
-143pezpardoconají.
-Edad.
- 22 y un cuarto.
-¿Tiene cita con el doctor
Eggman?
-Me dijo que podría visitarlo,
-Espere por favor en esa sala.
•8:32 am. Instituto de optometría
para el tratamiento de moscas. Sala de desespera, con un tv ignorante.
En el canal polimeroidiotez hay
un marrano y dos zorras presentando un informe de cómo cazar en el bosque,
conseguir carne fresca pisoteando bichitos y no morir en el intento.
Interrumpen la emisión para dar paso a una rata que escandalizada muestra las
imágenes de un rebaño de ovejas que se cansaron de ser devoradas y arremetieron contra los lobos.
Flip arruga su nariz y apoya su
cabeza en mi hombro y me dice que le agrada el bando de las ovejas negras, yo
le doy un beso en la lengüita y le digo que solo las ovejas luchadoras logran
ser televisadas y tergiversadas en monstruos.
-Señorita Púrpura, Eggman la
espera.
•8:47 am. Instituto de optometría
para el tratamiento de moscas. Consultorio 665+1 del Doctor Eggman.
“Imagine usted que se encuentra sentada en un sofá y hay dos libros, uno
al lado izquierdo y el otro en el derecho. Sobre cada libro una imagen se
proyecta y hace sonidos indicando el contenido de sus letras. ¿Cuál tomaría
usted? ¿El que le causa confianza porque se relaciona con algo antes visto? O ¿Acaso
tomaría ese otro que la aterra y no desea tocar?, si se inclina por la segunda
opción desobedecería a lo que su sentido común le advierte ¿No es así?” Atea
sus moscas tienen sed porque se están hidratando mal, las moscas pueden morir
si usted sigue optando por tomar la segunda opción, mantenga sus moscas en armonía
si desea ser una persona normal.
Conozco al Doctor Eggman hace 36
años, sus moscas intimidan y sin embargo son vivaces. Una vez por sugerencia de
mi mamá me regalo una de ellas, así que la puse en el lagrimal izquierdo,
desafortunadamente murió a los 12 días porque las moscas de los doctores se
derriten con el ácido de mis retinas.
Saliendo del consultorio Flip me
agarra por la cintura y me dice que tiene hambre, que vamos a comer, que le
ruge la panza, que se le metió un león.
•10:23 am. Restaurante Grasa
Arterial. Mesa 5.
Un niñito jugando. Un tenedor.
Paul come con Lucy. Chocolates con jamón. Clarita es la mesera. Un vagabundo
entra y pide pegante con jabón. Andresito disfrazado de Peter Pan. Amnesia. Un
tomate. Angelita y Miguel Ángel. Trip. Corderos. Hannibal Lecter pide mi
número. Soft Rock. John Lemmon. Un Che
alegre. Una mariposa muerta. Una canción olvidada. Una zanahoria congelada. Un cuervo pintado.
Flip y sus ojitos de neón me miran.
Flip no tiene moscas, el se las
trago.
Flip no tiene edad, el se la
bebió.
Flip no tiene dios, el lo hizo
bistec.
Flip no tiene alma, él la hizo
caramelo y me la regaló.
Cuando conocí a Flip sus manos
sudaban y olían a menta con naranja. Estaba sentado pintando a un pintor que se
llamaba Flip, que estaba sentado pintando a un pintor que se llamaba Flip.
Lo primero que me dijo fue azul y
ahí me enganche a sus pantalones verdes y sus extrañas mechas revueltas con
pasto y tierra.
Pedimos Pizza de óleos y malteada
de arcilla.
•12:21 pm. Apartamento de Atea.
(Flip relata esta parte)
Soy jodidamente suertudo. Tengo
las mejores ideas, los mejores ojos, el mejor cuerpo, la mejor sonrisa, la
mejor canción, las mejores piernas y hasta las mejores téticas. Tengo a Atea.
Eso es lo que tengo. Y también tengo hambre. Siempre tengo hambre. Tengo hambre
de Atea.
Estamos en el colchón mirando las
estrellas caminando junto al sol. La ropa nos pesa. El teléfono estaba sonando
así que me lo comí. Posé mis dedos en el pelo de Atea, baje por su nuca hasta
la espalda y le dibuje un camaleón para que le susurrara cosas bonitas. Atea es
muy linda, pero no me gustan sus putas moscas. Con una aguja le hago cosquillas
en las tijeras y le gusta.
Atea tiempla, yo la cubro con una
manta y me encanta verla dormir, pero no me gustan sus putas y apestosas
moscas.
Con ella recorremos semáforos y
asfalto.
Pasto y tierra. Semillas y
desiertos.
Con ella tengo veinte hijos y no
somos padres.
Atea sabe a dulce de leche tímido
y huele a campos de fresas en invierno.
Atea es muy linda, pero no me
gustan sus gran putísimas moscas.
•7:38pm. Apartamento de Atea.
Colchón sudado.
Flip duerme con la boca abierta, a
veces ronca y otras habla dormido. Siempre deja baba en la almohada. Me coloco
los calzoncitos de cartón y su camisa de Lotus
Flower. Me siento en el sofá. Al lado derecho un libro con una princesa
cantando. Al lado un libro con un tipo mordiéndose los codos.
Flip se levanta y lleva puesto mi
vestido negro, se sienta a mi lado y con sus dedos extrae suavemente mis ojos
de sus cavidades, posa sus labios sobre ellos chupando las moscas,
cuidadosamente los devuelve y me abraza.
Flip me dice: Mierda, sin moscas
en los ojos todos vemos mejor y me lee la historia de cierto hombre que se
preparo un buffet con sus codos y tobillos.
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