El duerme con la pipa en el suelo, la cabeza escondida.
La inspiración es un demonio nocturno que provoca insomnio y comezón en la materia gris.
Ni buenas palabras, ni términos elegantes, solo basura escrita que incinera los poemas bellos frecuentados en las tardes.
Espejos tartamudos y paranoicos que hablan hiperventilados con sonetos destructores de ideas.
El quería una vida, anhelaba un suicidio, pero no el de el, el de ella tal vez.
Él...¿Es ella o soy yo?

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